¡Nos encantó! ¡Bravo! La introducción que hizo el portal traveler.es de la ciudad de Buenos Aires en su página web nos parece una de las...
¡Nos encantó! ¡Bravo! La introducción que hizo el portal traveler.es de la ciudad de Buenos Aires en su página web nos parece una de las mas acertadas y realmente una de las que mejor describe a la capital Argentina, a su espiritu y a su forma de ser. Por eso, hemos decidido crear este artÃculo con la introducción de Traveler y volver a reproducirla en nuestra guia. Esperamos que les guste y muchas gracias a los amigos de Traveler.es por esta casi perfecta descripción de nuestra hermosa ciudad que tanto tiene para dar.
Una ciudad para ser vivida.
Buenos Aires, palabras mayores. Hay quien la ha llamado la ParÃs de
América del Sur. Pero si bien podrÃa competir en influencia cultural, Buenos Aires es una ciudad mas mÃtica que monumental.
Lo cual tiene aún más mérito si tenemos en cuenta que es un paÃs joven,
sin pasado precolombino. Es vida y sÃmbolo. Y el sÃmbolo se impone,
porque es algo que crece, tiene tradición, don de gentes y labia para
seducir... O embaucar. Como sucede con el tango, el partido del domingo o
la ceremonia del mate compartido.
Por eso los viajeros van a la Casa Rosada o a la Plaza de Mayo: Guiados por lo que representan. Al pisar esta última vienen inmediatamente a la cabeza las “madres” de la plaza que lucharon (y luchan!) contra la dictadura militar. Capital trepidante y visceral, ha reflejado su modo de ser en sus vorágines polÃticas de este siglo: que han ido desde el mesianismo de Perón a la dictadura de Videla, del corralito financiero que devastó la clase media del paÃs, a la era de los Kirchner.
Y asà ha ido creciendo en torno al RÃo de la Plata sobrellevando sus contradicciones. Ciudad hospitalaria, ha sido tierra de oportunidades durante el siglo XX, lo cual explica sobre el mantel su extraordinaria tradición gastronómica: mezcla de tradición española, pastas y helados italianos. Y todo ello con las mejores materias primas llegadas del campo argentino. Porque en Buenos Aires, si hasta la carne fast food resulta sabrosa, un asado tradicional dejará sin ganas de llegar al postre a los más carnÃvoros.
La ciudad luce un urbanismo de escuadra y cartabón, pero a lo grande, como corresponde a una metrópolis. Habrá que ir a sus barrios de siempre para encontrar calles enrevesadas y angostas, como en San Telmo, que aún conserva resquicios de arquitectura aristocrática decadente, ahora convertida en talleres artesanales. Por ahà encontraremos el Mercado de San Telmo, de 1897, donde se venden antigüedades y objetos tÃpicos regionales. Pero el ejemplo más claro lo tenemos en el famosÃsim barrio de La Boca, con sus casas pintadas, donde nació el tango más canalla, luego exportado al mundo entero como sÃmbolo de sensualidad. Ahà uno puede dejares hipnotizar con los muchos bailes callejeros (pero sin dejar de vigilar la cartera en el bolsillo).
Y aún quedará tanto: tomarse una cerveza en el delta del Paraná, en el Tigre, buscar los clubs de moda en Palermo Hollywood o Palermo Soho, arrastrarse por la afluencia peatonal de la calle Florida en busca de artÃculos de piel. Buscar la tumba de Evita en el Cementerio de la Recoleta. Apostar en el Hipódromo de San Isidro, alternando gin tonics con la jet. Acudir al Teatro Colón o a los muchos conciertos y representaciones teatrales que cada dÃa empapelan las calles de la ciudad.
Exasperante, caótica, extraordinariamente seductora, egocéntrica, y acostumbrada a dejarse caer en el diván del psicoanálisis. Un monumento a Freud, con 14 millones de personas. Donde las conversaciones en cafés se interrumpen de cuajo cuando aparece la madre de todas las disputas metafÃsicas, el ser o no ser: el Boca vs River. Cargada de talento y personalidad. Puro sÃmbolo en perpetua renovación y una extraordinaria creatividad artÃstica. Referente para Sudamerica y para el resto del mundo. Palabras mayores. Y siempre en mayúsculas.
Fuente: http://www.traveler.es/guias/sudamerica/argentina/buenos-aires
Por eso los viajeros van a la Casa Rosada o a la Plaza de Mayo: Guiados por lo que representan. Al pisar esta última vienen inmediatamente a la cabeza las “madres” de la plaza que lucharon (y luchan!) contra la dictadura militar. Capital trepidante y visceral, ha reflejado su modo de ser en sus vorágines polÃticas de este siglo: que han ido desde el mesianismo de Perón a la dictadura de Videla, del corralito financiero que devastó la clase media del paÃs, a la era de los Kirchner.
Y asà ha ido creciendo en torno al RÃo de la Plata sobrellevando sus contradicciones. Ciudad hospitalaria, ha sido tierra de oportunidades durante el siglo XX, lo cual explica sobre el mantel su extraordinaria tradición gastronómica: mezcla de tradición española, pastas y helados italianos. Y todo ello con las mejores materias primas llegadas del campo argentino. Porque en Buenos Aires, si hasta la carne fast food resulta sabrosa, un asado tradicional dejará sin ganas de llegar al postre a los más carnÃvoros.
La ciudad luce un urbanismo de escuadra y cartabón, pero a lo grande, como corresponde a una metrópolis. Habrá que ir a sus barrios de siempre para encontrar calles enrevesadas y angostas, como en San Telmo, que aún conserva resquicios de arquitectura aristocrática decadente, ahora convertida en talleres artesanales. Por ahà encontraremos el Mercado de San Telmo, de 1897, donde se venden antigüedades y objetos tÃpicos regionales. Pero el ejemplo más claro lo tenemos en el famosÃsim barrio de La Boca, con sus casas pintadas, donde nació el tango más canalla, luego exportado al mundo entero como sÃmbolo de sensualidad. Ahà uno puede dejares hipnotizar con los muchos bailes callejeros (pero sin dejar de vigilar la cartera en el bolsillo).
Y aún quedará tanto: tomarse una cerveza en el delta del Paraná, en el Tigre, buscar los clubs de moda en Palermo Hollywood o Palermo Soho, arrastrarse por la afluencia peatonal de la calle Florida en busca de artÃculos de piel. Buscar la tumba de Evita en el Cementerio de la Recoleta. Apostar en el Hipódromo de San Isidro, alternando gin tonics con la jet. Acudir al Teatro Colón o a los muchos conciertos y representaciones teatrales que cada dÃa empapelan las calles de la ciudad.
Exasperante, caótica, extraordinariamente seductora, egocéntrica, y acostumbrada a dejarse caer en el diván del psicoanálisis. Un monumento a Freud, con 14 millones de personas. Donde las conversaciones en cafés se interrumpen de cuajo cuando aparece la madre de todas las disputas metafÃsicas, el ser o no ser: el Boca vs River. Cargada de talento y personalidad. Puro sÃmbolo en perpetua renovación y una extraordinaria creatividad artÃstica. Referente para Sudamerica y para el resto del mundo. Palabras mayores. Y siempre en mayúsculas.
Fuente: http://www.traveler.es/guias/sudamerica/argentina/buenos-aires
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